Hace una semana en Guadalajara, Jalisco en plena euforia panamericana sucedió un lamentable hecho que por las circunstancias y por no convenir a ciertos intereses fue opacado y poco difundido. Mientras se preparaba en Barranca de Oblatos, Jalisco, para su próxima pelea que se iba a desarrollar en diciembre, el pugilista peso minimosca Ulises “El Archie” Solís, fue presuntamente agredido por su compañero de profesión, y producto de televisa, Saúl “El Canelo” Álvarez.
De entrada me parece increíble que, siendo “el Canelo” un tipo mucho más grande y fuerte abuse del “Archie”. La diferencia de tamaño y peso es abismal. Uno peso superwelter, el otro minimosca, no tienen comparación. Ulises relata que al terminar su entrenamiento se encuentra con Saúl, quien le reclama una situación personal (al parecer Solís mantiene una relación con la ex mujer de Álvarez con la que tuvo un hijo), y sin más lo descuenta con un “volado de izquierda y un cruzado de derecha”.
Al más puro estilo de Jesús Corona (portero de Cruz Azul al que también se le van las cabras), “el Canelo” dice que él no tuvo nada que ver, que el pleito entre el “Archie” Solís es con uno de sus hermanos y que si se pelearon el no supo nada… Para su mala fortuna, al igual que en el caso de Corona, hay testigos que vieron la agresión, entre ellos un hermano del “Archie”.
La agresión fue denunciada ante la Procuraduría de Justicia de Jalisco y “el Archie” amenaza con ir hasta las últimas instancias legales, y no es para menos, las consecuencias de la agresión fueron graves, doble fractura en la mandíbula, tuvo que ser operado y le colocaron tres placas. Dos en la parte de enfrente y una en la parte posterior.
La gravedad de la lesión hizo que se suspendieran sus próximas dos peleas programadas para diciembre y febrero. El pugilista que se recupera en el hospital Puerta de Hierro, en Guadalajara asegura que no retirará la demanda, ni le interesa la oferta que José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, le hiciera al decirle que lo ayudarán con los gastos “aún sin saber quién lo haya golpeado”, extraña declaración del máximo jerarca del CMB que además cobijó al agresor diciendo que ellos creían en la palabra del “Canelo” y si él dice que no lo agredió, así fue…
Pa’mis pulgas…
Seis meses tardará Solís en volver a los encordados, mismo tiempo en que no podrá tener ingresos. Seis días tardó televisa en borrar de la memoria colectiva lo sucedido. El Canelo muy fresco ya promociona su próxima pelea contra Kermit Cintron el 26 de noviembre en la Ciudad de México, por mí que le partan la mandíbula como él lo hizo con Solís, es lo menos que se merece. vflores.elperiodico@gmail.com
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